Historias de Clase - El Círculo Cuadrado
Era un típico jueves por la mañana en el Electivo de Física, pero lo que empezó como una clase ordinaria pronto se transformaría en una de las más memorables. Estábamos inmersos en una discusión sobre la aplicación de conceptos físicos en diferentes contextos, y decidí aprovechar la ocasión para introducir un desafío único. “Hoy vamos a hacer algo distinto”, anuncié, despertando una mezcla de sorpresa e interés en la clase. “Quiero que consideren esta pregunta: ¿es posible dibujar un círculo que sea también un cuadrado?”
Inmediatamente, el aula se llenó de murmullos y risas incrédulas. “¿Un círculo-cuadrado? Eso no tiene sentido, profe”, comentó Carla, mientras otros asentían o se encogían de hombros en señal de desconcierto.
“Dediquemos unos minutos a pensar en ello”, sugerí, animándolos a abordar el problema por su cuenta. Observé cómo se agrupaban y discutían, algunos garabateando en sus cuadernos en busca de una solución.
Los minutos pasaban, y aunque sus esfuerzos eran evidentes, la solución seguía eludiéndolos. “Ahora, piensen en tres dimensiones”, les indiqué, esperando estimular un cambio en su perspectiva.
La sugerencia tuvo el efecto deseado. Paula, una de las estudiantes más reflexivas, se levantó y fue a buscar un objeto del estante. Regresó con un cilindro de plástico en la mano y lo colocó cuidadosamente en mi escritorio. “Si lo miramos desde arriba, se ve un círculo. Pero desde el costado, parece un cuadrado”, explicó, haciendo girar el cilindro para mostrar las diferentes perspectivas.
Los estudiantes se acercaron, sorprendidos y fascinados por la revelación. Comenzaron a entender cómo la inclusión de una nueva dimensión alteraba por completo la percepción del problema. “Es como si todo lo que sabíamos acaba de cambiar”, murmuró Andrés, uno de los estudiantes más callados, normalmente.
Aproveché este momento de asombro colectivo para profundizar en la lección. “Hoy no solo han aprendido sobre un concepto geométrico, sino también sobre la importancia de repensar y cuestionar nuestras suposiciones. En física, como en la vida, a veces necesitamos mirar los problemas desde una perspectiva diferente para encontrar soluciones”.
Mientras los estudiantes salían de la clase, muchos seguían hablando del cilindro y lo que habían aprendido. “Nunca había visto la física de esta manera”, dijo Lucía, claramente emocionada por la lección.
Caminando de vuelta a mi oficina, reflexioné sobre el impacto de la clase. Ese día no solo había desafiado a mis estudiantes a pensar de manera diferente; también me había recordado el valor de enseñar más allá de los libros de texto y las ecuaciones. En el Electivo de Física, todos habíamos experimentado el poder del pensamiento crítico y la innovación, una lección que iría más allá de las paredes del aula y se quedaría con nosotros para siempre.
Hasta el próximo cronopunto del Principia 🥚.
DV